Principal Clases de turco y español

viernes, junio 29, 2007

Historia de Codadac y sus hermanos VIII

A esta orden, se estremecieron todos los presentes, y el gran visir, sin replicar, se puso la mano sobre la cabeza para manifestar que estaba pronto a obedecer, y salió de la sala para cumplir el mandato que acababa de recibir. Entretanto el rey despidió a todos los que hacían acudido a pedirle audiencia, declarando que en todo el mes no quería que le hablasen de negocios. Se hallaba aún en la sala cuando volvió el visir.

-¿Qué? – le preguntó el rey-, ¿se hallan ya en la torre los príncipes, mis hijos?
- Sí, señor –respondió el ministro-. Vuestras órdenes han sido cumplidas.
- Aún tengo otra que darte –repuso el rey.

Al instante salió de la sala de audiencias y volvió al aposento de Piruze con el gran visir. Le preguntó a la princesa dónde estaba hospedada la viuda de Codadac, y respondiéndole las esclavas de Piruze, porque el cirujano lo había dicho en su narración, se volvió el rey a su ministro y dijo:
- Vete a ese parador y tráete a la joven princesa que habita en él; pero trátala con todo el acatamiento debido a una persona de tan esclarecida alcurnia.

El visir no tardó en ejecutar lo que se le había mandado. Montó a caballo con tofos los emires y demás cortesanos, y se encaminó al parador en que estaba la princesa de Deryabar, a la cual manifestó la orden que tenía, y le presentó, de parte del rey, una hermosa mula blanca, con silla y arreos de oro, bordados de rubíes y esmeraldas. Montó la princesa y se encaminó a palacio con un séquito esplendoroso. La acompañaba también el cirujano en un hermoso caballo tártaro, que el visir le había ofrecido. Los vecinos se asomaban todos a las ventanas o salían a la calle para ver pasar tan magnífica comitiva, y cundiendo la voz de que la princesa que se encaminaba con tanta pompa a palacio era la esposa de Codadac, resonaron mil alegres vivas, que sin duda se trocaron en gemidos de saber la suerte fatal del príncipe.

La princesa de Deryabar halló al rey a la puerta de palacio. Le presentó la mano y la condujo al aposento de Piruze, donde ocurrió una escena lastimosa y peregrina. La esposa de Codadac sintió nuevo pesar al ver el aspecto de los padres de su marido, y éstos no pudieron menos de enternecerse al ver a la esposa de su hijo. Se echó ésta a los pies del rey, y habiéndolos regado con su llanto quedó sobrecogida de tan intenso dolor, que apenas pudo hablar. No era menos doloroso el estado de Piruze; parecía traspasada de dolor, y el rey, conmovido, se dejó llevar por su amarga pesadumbre, y los tres, confundiendo sus gemidos y sus lágrimas, guardaron largo rato acongojado silencio. Por fin, la princesa de Deryabar, volviendo en sí, refirió el lance del castillo y la desgracia de Codadac, pidiendo justicia contra la traición de los príncipes.

- Sí, señora –le dijo el rey-, esos ingratos perecerán; pero antes debe publicarse la muerte de Codadac, para que mis súbditos no se subleven al presenciar el suplicio de sus hermanos. Además, aunque no tenemos el cuerpo de mi hijo, no por eso dejaremos de tributarle los honores debidos.
A estas palabras se encaró con su visir y le mandó que se edificase un sepulcro de mármol blanco en la hermosa llanura donde descuella la ciudad de Harrán, y que se diera un magnífico aposento en palacio a la princesa de Deryabar, a la que reconoció por nuera.
Hasán mandó trabajar con tanta actividad y empleó tantos operarios que al cabo de algunos días quedó concluido el sepulcro, sobre el cual colocaron una estatua que representaba a Codadac. Terminados los trabajos, dispuso el rey que se hiciesen rogativas y señaló día para las exequias de su hijo.

Llegado el día señalado salió todo el vecindario a ver la ceremonia, que se celebró en esta forma: el rey, acompañado de su visir y de los principales señores de la corte, se encaminó al sepulcro, y cuando estuvieron junto a él se sentaron todos sobre las alfombras de raso negro, bordadas de oro; luego se acercaron los guardias de a caballo, y dieron dos veces la vuelta al sepulcro con el mayor silencio; pero a la tercera se pararon delante de la entrada, y dijeron, uno tras otro, estas palabras en alta voz:
-¡Oh, príncipe, hijo del rey! Si algún alivio pudiéramos proporcionar a tus quebrantos con el filo de nuestros alfanjes y el esfuerzo humano, volverías a ver la luz del día; pero el Rey de los reyes ha decretado, y el ángel de la muerte ha obedecido.

Ya amanecía y Scherezade tuvo que suspender la narración.

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martes, junio 26, 2007

Artista del mes: Pablo Picasso

Pablo Ruiz Picasso (Málaga 1881 - Mougins, Francia 1973)

Les demoiselles d'Avignon, 1907

Ma Jolie, 1914

Guernica, 1937

Jarrón toro

Suite 347, hoja 8, 1968

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domingo, junio 24, 2007

Los almogávares, la leyenda

¿Nunca te has tropezado con un duende?, ¿Ningún diablo cojuelo te ha hecho una de las suyas?, ¿No has escuchado jamás el jolgorio de un aquelarre, con sus brujas bailando y cantando?, ¿No has sido el caballero, que salva a la princesa que se haya cautiva en la torre? ¿No has visto a las bellas moras de los ibones surgir de las aguas? ¿Acaso los reyes de tus bosques no son jabalíes blancos o majestuosos ciervos? Ya… ya sé lo que éstas pensando de mi: “Menudo chiflado, como voy a ver todo eso, si no existe”

Ese es nuestro problema, que todo aquello que no vemos o que no queremos ver, lo calificamos de inexistente. Pero hay lugares mágicos, parajes de ensueño, que ni siquiera nuestra imaginación es capaz de crear, en los que si buscamos un poco, podemos encontrar a todos estos seres. Y es aquí, en esos paraísos, donde surgen los legendarios personajes de los que vamos a hablar.

Todo comenzó en un pequeño pueblecito de la Ribagorza, llamado Riguala, en el magnífico Pirineo aragonés. Allí vivía Fortuño de Vizcarra, junto a su querida esposa Gisberta y su adorado hijo…su Martinico del alma. Fortuño era pobre, pero era feliz, porque junto a él tenía a los que más quería. Fortuño pasaba largas y duras jornadas en la montaña con sus perros, cazando animales, que eran el suministro familiar. Pero todo este esfuerzo se veía recompensado cuando volvía a casa, allí Fortuño recibía una recompensa de incalculable valor, y esta no era otra que la sonrisa de su esposa y la cara de admiración de Martinico cuando veía la caza. Pero había algo que inquietaba al bueno de Fortuño. Las gentes comentaban que los moros estaban cada vez más cerca. Se decía que se habían hecho fuertes en Huesca, convirtiendo la catedral de San Pedro en mezquita, y que amenazaban con cruzar la sierra de Guara, asolando todo lo que encontraban a su paso. Sin embargo, nadie pensaba que los moros podían llegar hasta las montañas. Nadie, hasta el año 721, cuando el terrible Ben-Awarre comenzó sus incursiones por tierras ribagorzanas. Inútilmente, los montañeses habían intentado plantarles cara a estas huestes que sembraban el dolor en sus correrías. Se presentaban de repente en nutridas bandadas en cualquier pueblecillo, y cuando de los lugares vecinos querían acudir en su ayuda, ya habían huido los moros, después de haber pasado a cuchillo a todos los hombres, haber incendiado las casas y raptado a mujeres y niños. El factor sorpresa estaba con ellos, y era imposible saber cuál sería la siguiente víctima.



En una tarde de verano por el Tosal del Sil, Fortuño se dispuso a pernoctar en la sierra, tras una atareada cacería. Pero su mirada se quedó congelada repentinamente, al iluminarse a lo lejos el monte, con el fulgor inconfundible de un incendio. No cabía duda: su pueblo, Riguala, estaba ardiendo. Y entre el fuego, seguro, estaban todos luchando a vida o muerte, también su mujer con su hijo.

Sin pensarlo ni un momento echó a correr monte abajo. La ansiedad y el coraje ponían alas en sus pies, que casi ni rozaban los matorrales y pedruscos al correr. A la entrada del pueblo, una algarabía confusa que salía por entre la espesa humareda lo envolvía todo. Gritos de triunfo en lenguas extrañas por un lado, y alaridos de dolor por otro, se clavaban en el alma.

Fortuño llegó a su casa, y allí, en un rincón, encontró abrazados y horrorizados a Gisberta y Martinico. Los cogió apresuradamente y los montó en una mula, y entre gritos y golpes logró abrirse paso entre la morisma y salieron del poblado. Los tres se dirigieron hacia Roda, el pueblo más fuerte y mejor amurallado, en el que además vivían su madre y su hermana.

Pero Roda también había sido saqueada, los pocos que quedaban vivos se apretujaban en la catedral, encogidos y atenazados por el pánico.
Allí dejo Fortuño a su mujer y a su hijo y fue en busca de su madre y su hermana. Buscó habitación por habitación de la casa, y allí encontró el cadáver de su anciana madre, de su hermana no había ni rastro.
Sollozando se llevó el cuerpo del ser querido a la iglesia, pero allí ya no había nadie. Fortuño empezó a buscar a Gisberta y Martinico, casi sin ver por la rabia y llamandolos a gritos.

Inesperadamente, en la oscuridad se tropezó con algo, era un cuerpo, y era el cuerpo de Gisberta, desgarrada y moribunda, que en medio de su agonía decía: “Aparta maldito, que aunque sea mujer, te mataré con tu alfanje por haber estrellado a mi Martinico contra la roca”. Momentos después fallecía en brazos de Fortuño.
Ni una sola lágrima regó el suelo en la noche ya calmada y silenciosa, mientras Fortuño enterraba a lo que más quería. Los puños y los labios le dolían de tanto apretar, y sus ojos, de mirada encendida, compitieron con los millones de estrellas testigos de la tragedia.

Los montañeses son pacíficos y odian la violencia. Sólo cuando alguien se mete con su casa, su familia, su fe, parece despertar en ellos el duro y terrible luchador que se ha curtido en una naturaleza áspera y hostil.

Por las sierras de Sil, de Campanué, de Olsón, corre la fama de un terrible bandolero. Las gentes del lugar murmuran que posee tal fuerza y musculatura, que hasta los osos, reyes de la montaña, temen enfrentarse a él. Dicen que es un cristiano que odia a muerte a los invasores de su patria. Se le atribuyen crueldades sin cuento y los moros lo llaman el almogávar, el salteador de caminos.

Es Fortuño de Vizcarra, al que se van uniendo otros muchos aguerridos montañeses. Aquí comienza la historia de unos legendarios guerreros, la historia del ejército más temido del Mediterráneo…aquí comienza la historia de los almogávares.

Fuente: "Leyendas del Pirineo, para niños y adultos", Rafael Andolz
Artículo escrito por: el colaborador Sergio. Muchas gracias desde aquí.

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viernes, junio 22, 2007

Kardeş Türküler

El grupo como tal se formó en 1993 como parte de un proyecto del club de folclore de la Universidad Boğaziçi, con el fin de salvar e impulsar las canciones tradicionales de Anatolia. Como hemos dicho en alguna ocasión, en Anatolia han convivido y conviven muy distintas etnias independientemente de los conflictos políticos que hayan tenido y tengan lugar en Turquía. Kardeş Türkuler tiene en cuenta esto y por ello, utilizan además de la lengua turca, la kurda, la armenia y la azerbayana mostrándose así leales a la cultura anatolia y apostando por la tolerancia.



Con el tiempo en su música fueron incluyendo ritmos georgianos, circasianos, romanos, macedonios y alevíes, entre otros, abriéndose al mundo.

En 1997 publicaron su primer álbum, "Kardeş Türküler", al cual le siguieron "Doğu" en 1999, de carácter mucho más local y "Hemâvâz" en 2002 con el que llegaron a conocerse en Alemania y Francia. Además su música fue la banda sonora de la película "Vizontele Tuuba" (2004) dirigida por Yılmaz Erdoğan. En 2005 se publicó su último disco "Bahar".

Disfrutemos de su riqueza musical, con la canción "Gancum Em Ari Ari" de su disco "Bahar".


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miércoles, junio 20, 2007

Casa otomana de madera

Hace casi ocho meses que escribí al gobierno turco pidiendo información sobre esta casa, propietario, fecha de construcción, etc. La maravillosa burocracia turca (todas son parecidas) habrá llevado mi carta a un buzón sin fondo. Tras una primera respuesta por su parte diciendo que no era de su competencia y mandándome a otros dos organismos a los cuales escribí, la investigación se quedó ahí.

Esta bonita casa otomana de madera de finales del siglo XIX o primeros del siglo XX, se encuentra situada en la colina de Pera, antiguo barro genovés de Constantinopla y actual Beyoğlu. Es éste un barrio en el que pese a lo conquista otomana continuó siendo habitado por europeos, hasta que éstos comenzaron a abandonar la ciudad a principios de siglo XX con el fin del Imperio Otomano y se establecieron los campesinos pobres procedentes de pueblecitos de Anatolia. El barrio fue perdiendo su esplendor hasta convertirse en lugar de pobreza y de marginación. Un plan del ayuntamiento desde 1990 ha ido permitiendo que la zona se convierta en lo más cosmopolita de Estambul, curiosamente, aunque realmente una cosa es la calle İstiklal Caddesi y otras son las boca calles.

Supongo que hay otros barrios como el de Fener, Balat o Süleymaniye donde la concentración de estas casas, permite una restauración más rentable y vistosa. No quiero recordar la restauración o debería decir total reconstrucción de las casitas otomanas (ya no tienen nada de otomanas) de madera de al lado de Sultanahmet convertidas en hostales y pensiones turísticas. Teniendo todo esto en cuenta sigo pensando que esta casa merece que se la atienda.



Hablar de estilo otomano puede resultar poco preciso. El Imperio Otomano abarcó un amplio territorio, por ello, bajo él convivieron muchas culturas que se fueron entremezclando. Habrá casas otomanas de madera en Bulgaria, en Anatolia, en Estambul, en Bosnia y probablemente serán parecidas y diferentes a la vez. Según Marice Cerasi, profesor de diseño arquitectónico en la Facultad de Arquitectura de Génova, es posible que los tejados de tejas y de pendiente provinieran de la arquitectura Bizantina, las hileras de doble ventana de Persia, el espacio para las habitaciones centrado y simétrico, así como la decoración de los techos, coincide con el gusto de la antigua Tracia y de los nómadas turcos. La organización de las habitaciones puede originarse en las ciudades del Cáucaso y de Asia Central.

La casa tiene tres plantas de madera con hileras de ventanas simétricas y continuas. El tejado es de tejas. Las láminas de madera se disponen de manera horizontal. Probablemente estuviera rodeada por un jardín. La planta inferior estaba compuesta por un gran salón central rodeado de pequeñas habitaciones que servían de cocina, habitaciones de invitados y de baño.El gran salón accesible desde cualquier habitación estaba separado de las demás por arcos o columnas, que daban a su vez independencia a las distintas habitaciones. La planta superior tenía las habitaciones de los propietarios de la casa, era la zona para vivir. El método de trabajo de la madera era peculiar debido a que los materiales se usaban con un tamaño estándar y se realizaba una transposición horizontal de los puntales verticales que permitía reducir el momento estático en las vigas y la cantidad de madera necesaria para la construcción.

Las casas otomanas estaban más bien asociadas con una cultura que con un credo determinado, aunque sí se podría decir que en la mayoría de las casas de Estambul y Bursa, vivían familias musulmanas. Por ello, en esos casos, el piso de arriba tenía las habitaciones privadas y abajo estaba el selamlık (habitaciones para invitados). No existían los sótanos como lugar para guardar provisiones, como muestra de que a los turcos les disgustaban los espacios y estructuras subterráneas.

fotos: samimi

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domingo, junio 17, 2007

Agüelo

"Hoy el viento trae aromas a tierra, campos y recuerdos. Las imágenes y las sensaciones se agolpan, recorren mi piel y alzan mi vello. Vuelvo a respirar aquella generosidad inagotable, casi rozo vuestros trabajados surcos en frentes ya despobladas, y vuestras sonrisas, que son orgullo de padre, y de padre de padre. Hoy vuestros azulados vidrios se reflejan en los míos, y sus miradas, cansadas se deslizan por mis mejillas. Y creo oír ladridos, cencerros, más cerca cacareos. Mientras, en el armario, aguardan sedientos de amaneceres domingueros las cañas y los anzuelos.

Dibujo círculos con la harina que cae del pan recién traído del horno en su capazo. Los vasos están repletos de natillas y la penumbra inunda el rellano. Una mesa y seis cubiertos; rancho, migas, ternasco, arroz y caracoles, horas de cocina. Un delantal de cuadros, alpargatas y luto. Las gafas de pasta tiemblan al son del traqueteo de una vieja lavadora. La cinta de Machín, una imagen de San Antonio y aquella jota olvidada en la funda de la bandurria. Varios sillones de rojo tapizado. Esperando.

Un puente se tiende entre el pantano de San Bartolomé y la desembocadura del río Huerva. Sobre él, millones de luciérnagas se funden con el añil del firmamento.¡Vuelve cierzo!¡No te lleves contigo a mis abuelos!¡Devuélveme al menos el rumor de sus recuerdos!"

Autor: Alejandro Cortés.
Obra: La Charrada, Reflexiones sobre el vocabulario aragonés.
Foto: samimi

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martes, junio 12, 2007

Vizontele Tuuba

Dirección: Yılmaz Erdoğan
Guión: Yılmaz Erdoğan
Año: 2004
Género: Comedia/Drama
País: Turquía
Lengua: Turca
Duración: 111 min
Interpretación:

Yılmaz Erdoğan (Deli Emin)     Demet Akbağ (Sıti Ana)
Altan Erkekli (Başkan Nazmi)   Tarık Akan (Güner Sernikli)
Tuba Ünsal (Tuba Sernikli)     Tolga Çevik (Nafiz)
İclal Aydın (Ceylan)           Bican Gunalan (Sezgin)
İdil Fırat (Aysel Sernikli)    Bülent İnal (Mahmut Duran)
Cezmi Baskın (Latif)

Sinopsis:
La historia tiene lugar en un pueblo perdido del sureste de Anatolia, ajeno al mundo que le rodea. Son los primeros meses de 1980 y Turquía vive un caos político. Sin embargo, la atmósfera de anarquía se vive de forma muy peculiar en Vizontele. Un político de la ciudad, Güner Sernikli, es exiliado a Vizontele. Junto a él, está su familia. Esta llegada, romperá la rutina del pequeño pueblo que queda impresionado por la sabiduría de Güner y por la belleza de su hija Tuba.

Valoración:
He leído comentarios por ahí que se resumían más o menos en que si no eres turco no puedes entender la película, que no hace gracia. Bueno, la película es local; pero no quita para que sea tan lejana. Muchos países han sufrido desgraciadamente, un golpe militar en algún momento de su historia; por lo que la situación de la película se puede extrapolar. Por otra parte, la atmósfera de un pueblecito perdido y aislado del mundo; es fácilmente imaginable.

Lo que me sorprendió es la relación entre Tuba y un no tan joven Emin. La cual me pareció bastante bonita y entrañable. La película cuenta con una buena banda sonora a cargo de Kardeş Türküler.

Citas:
"Evet o yaz şehre çok güzel şeyler geldi... Ama uzun süre kalamadılar...": "Sí, muchas cosas bonitas llegaron a esta ciudad este verano... pero no se quedaron mucho".

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viernes, junio 08, 2007

Blog Voyage V

De vuelta al juego. Nada mejor para relajarse entre examen y examen que dejar volar la imaginación y visitar con ayuda de una foto una maravilla de este mundo. Por ello, recuerdo un poco el funcionamiento del juego y espero que haya más personas "nuevas" en esto que participen para ampliar el horizonte de blogs.

A través de una imagen de GoogleEarth, se tiene que adivinar el destino. El ganador propondrá un nuevo lugar y su blog quedará incluido en la lista que debe ir publicándose a lo largo del viaje.

El camino recorrido es el siguiente:

Esta vez, no hay excusas. A simple vista se puede adivinar.



RESPUESTA: La Alhambra de Granada, en la lista por ser considerada una de las maravillas del mundo, personalmente creo que lo es. Ya tocaba hacer una parada en nuestra casa. Seguiremos el viaje en el blog de Albert Sampietro.

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miércoles, junio 06, 2007

Moros y Cristianos de Elda

El lunes acabaron las fiestas, otro año más que pasa y yo sin ir a verlas. Tenía unos vecinos de Elda y de ahí que hable de sus moros y cristianos. En otras localidades de la Comunidad Valenciana y Murcia también se celebran, pero es especialmente destacable en la región alicantina(las de Alcoy son fiesta de interés turístico internacional).

Las fiestas de Moros y Cristianos se celebran en honor a San Antón el primer fin de semana de junio (31 de mayo al 4 de junio este año). Realmente San Antón es a mediados de enero, pero las fiestas se cambiaron en 1946 para impedir que el frío estropease un acontecimiento que se vive en la calle. Por eso en enero se celebra lo que se denomina la media fiesta en la que desfilan las escuadras premiadas en cada comparsa.

Existen cuatro comparsas en el bando moro: huestes del Cadí, marroquíes, musulmanes y realistas; y cinco en el bando cristiano: contrabandistas, cristianos, estudiantes, piratas y zíngaros. El bando cristiano es el encargado de encabezar el desfile del sábado, llamado entrada cristiana, y el bando moro encabeza la entrada mora del domingo.

Las fiestas consisten en desfiles, comidas en los llamados "cuartelillos" de cada comparsa, procesiones y música. Toda Elda participa y por unos días sus calles se convierten en escenario de novela histórica. Cada año un traje más espectacular, que en la mayoría de los casos se alquila para la ocasión. Respecto a los orígenes de las fiestas, algo inciertos, se aceptan distintas teorías que os invito a leer aquí.Cada comparsa tiene así mismo sus propias canciones, marchas o pasodobles contribuyendo así al enriquecimiento de las fiestas y de la tradición.

fotos:Comparsa Marroquíes de Alejandro Vidal (izquierda) y Comparsa Musulmanes de José Manuel Alarcón (derecha).

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domingo, junio 03, 2007

Receta de Pimientos rellenos/Zeytinyağli biber dolması

Si alguien ha visto la magnífica película de Fatih Akin, "Gegen die Wand" (Contra la Pared) quizás recuerde la escena en que Sibel (Sibel Kekilli) cocinaba los pimientos rellenos. Procede de las regiones del oeste y del sur de Turquía. Se prepara en los meses de verano y muchas veces se usa como acompañante de un plato de carne.

Ingredientes (para 6 personas)

12 pimientos verdes o rojos, pero anchos y de un tamaño medio
8 cebollas medianas
2 cucharadas de piñones
aceite de oliva
1 1/4 tazas de arroz (240 g)
3 tomates pequeños
sal
2 cucharillas de azúcar
1 taza + 2 cucharadas de agua
2 cucharadas de pasas
1 manojo de perejil
1 manojo de eneldo
10-15 hojas de menta o una cucharada de menta seca en su defecto
3/4 cucharillas de pimienta negra
1 cucharilla de canela
2 cucharadas de zumo de limón

Preparación

Se quitan las pepitas y los rabos de los pimientos (se dejan abiertos). Freír en una sartén la cebolla cortada previamente de forma fina y los piñones. Dejar durante 20 minutos o hasta que se dore la cebolla. Echar el arroz y remover durante otros 3-4 minutos. Añadir los tomates (todos salvo uno), la sal, el azúcar y agua caliente.

Añadir las pasas y dejar durante otros 10-15 minutos. Se retira del fuego y se deja reposar durante 10 minutos. Se añaden las hierbas finamente cortadas, así como las especias y el zumo de limón. Rellenar los pimientos con el relleno. Cortar el tomate que habíamos reservados en doce trozos.

Se cubren los pimientos con el tomate a modo de tape o cierre. En una cazuela cocer con sal durante 50 minutos o hasta que el arroz esté. Retirar del fuego y enfriar. Se sirven fríos.

NOTA: La receta que tengo es así. Sin embargo, tras llevarla acabo, creo que es mejor cocer antes los pimientos o asarlos y luego rellenarlos, porque sino hay muchas posibilidades de que algún pimiento se vuelque y el sabor se quede en el agua al salirse el relleno. Sería una pena.

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